La helada oscuridad desierta

Mónica López Bordón, Vivir para contarla, poesía en Alcalá de Henares
Cuadro de Kandinsky

Cae la tarde encadenada, abatida….
Viene cabalgando en los vientos del olvido.
Al dorso de sus ojos trae
las batallas perdidas,
sangre bajo los pies
dejando huellas consumadas.

Tiene la oscuridad solapada en sus alas,
una espalda desnuda
y el diptongo tenaz y reflejado del mundo.
Lento el caminar
lento y fugaz
lento y náufrago.

¿Por qué amo el frío del invierno
y el oasis en los besos húmedos,
reconstruidos,
a golpe de noches,
de silencio,
de mudez contenida?

¿Porqué el plural,
ese estandarte clásico de lo humano
esta vez fue una tormenta ahogada,
profunda y vacía?

Terminé caminando con la tarde,
caída de mí misma,
por un cementerio oscuro.

Nos quedamos sin alma,
mordiendo el abismo
y sabiendo que huíamos hacia
ningún lugar
de la helada oscuridad desierta.

2 comentarios en «La helada oscuridad desierta»

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