Un homenaje a la templanza

 

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Llegan las vacaciones y como siempre es un buen momento para descansar y dar una tregua al día a día, cada uno con nuestras cosas, con nuestras ocupaciones… Este verano he decidido hacer un homenaje a la templanza, tan necesaria en nuestras vidas. La templanza es la moderación, el orden, la humildad, la sobriedad…Defiende los límites de la honestidad. Puede aparecer asociada a la imagen de la mujer o a la de un ángel, según la religión el arcángel Gabriel. Desde la religión católica la templanza es una de las virtudes cardinales junto a la prudencia, la justicia y la fortaleza. Es la templaza la que muestra las necesidades reales del sujeto y es el origen y la condición de toda verdadera valentía. La palabra templanza proviene del latín “templar” “templo”.

Los griegos edificaban sus templos o lugares sagrados en las partes más altas de las montañas porque les permitía tener una visión completa del paisaje y contemplar lo que sucedía. De tal manera que la templanza invita a la reflexión, a pensar antes de dejarse llevar por los afectos (emociones, deseos, o pasiones). Trabaja la consideración cuidadosa, adaptación, compostura, paciencia para unir a dos opuestos, integrándolos porque los ve como complementarios y no como oponentes (uno requiere de otro). La templanza también tiene que ver con la habilidad directiva, gran talento y creatividad, así en el lenguaje económico, quien tiene templanza es alguien sereno que ha aprendido a conducirse en la vida sin extravagancias que puedan dañar su cuerpo, alma o sus bienes. Propone el equilibrio, la justa medida, cultivar los puntos débiles, mesura, dar y recibir… En Japón, los grandes guerreros templan sus espadas sometiéndolas más de quinientas veces al cambio de un rojo incandescente provocado por el fuego para después sumergirla en una vasija de agua helada, así determinan su fortaleza y mejoran sus propiedades. Con este ejemplo, cada acto en nuestra vida puede ser una prueba de templanza.

La tolerancia se va aprendiendo y es el equilibrio en cada circunstancia que se presenta y la humildad es el camino del aprendizaje, donde suma la amabilidad, la armonía y la complementariedad…
¡Felices vacaciones!

Mónica LÓPEZ BORDÓN
Periodista y Escritora
www.monicalopezbordon.com
En Twitter: MonicaLBordon

*Artículo publicado en el número 2.245 del semanario Puerta de Madrid. 28 de julio de 2012
*Cuadro: «Blue Day» de Vladimir Volegov

 

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