La joya de Vicente Aleixandre

Preparando un trabajo sobre Vicente Aleixandre, uno de los poetas de nuestra querida Generación del 27, un poeta maestro del que podemos y debemos seguir aprendiendo, encontré la famosa conferencia que en 1921 ofreció en el Ateneo de Madrid. La he leído infinidad de veces y siempre vuelvo a descubrir algo nuevo. La visión de la escritura, de la pasión, del amor, de la poesía, de la palabra dicha en el momento adecuado y en el lugar correcto. Aleixandre es lo que podríamos denominar un poeta perfecto, perfecto en el contenido y en la forma. La brillantez en su máximo exponente la podemos encontrar en sus libros Espadas como labios y en La destrucción o el amor.

Este es un pequeño adelanto del brillante discurso de aquel año 1921 donde ya se auguraba la gran poesía que traía Aleixandre. Deslumbrante. “Aparte de la significación gramatical del lenguaje, hay otra, una significación mágica, que es la única que nos interesa. Uno es el lenguaje objetivo que sirve para nombrar las cosas del mundo sin sacarlas fuera de su calidad de inventario; el otro rompe esa norma convencional y en él las palabras pierden su representación estricta para adquirir otra más profunda y como rodeada de un aura luminosa que debe elevar al lector del plano habitual y envolverlo en una atmósfera encantada. En todas las cosas hay una palabra interna, una palabra latente y que está debajo de la palabra que las designa. Esa es la palabra que debe descubrir el poeta. La poesía es el vocablo virgen de todo prejuicio; el verbo creado y creador, la palabra recién nacida. Ella se desarrolla en el alba primera del mundo. Su precisión no consiste en denominar las cosas, sino en no alejarse del alba. Su vocabulario es infinito porque ella no cree en la certeza de todas sus posibles combinaciones. Y su rol es convertir las probabilidades en certeza. Su valor está marcado por la distancia que va de lo que vemos a lo que imaginamos. Para ella no hay pasado ni futuro. El poeta crea fuera del mundo que existe el que debiera existir. Yo tengo derecho a querer ver una flor que anda o un rebaño de ovejas atravesando el arco iris… “

Mónica LÓPEZ BORDÓN
Escritora y Periodista
www.monicalopezbordon.com
En Twitter: MonicaLBordon

*Artículo publicado en el número 2-256 del Semanario Puerta de Madrid. Alcalá de Henares. 3 de noviembre de 2012

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