La escritora y traductora mexicana Rauda Jamis da voz a Frida Khalo en una autobiografía donde habla de la pintura más renovadora de esta artista mexicana, audaz, sencilla y al mismo tiempo comprometida con su tiempo. Frida Kahlo estuvo casada con el artista Diego Rivera, uno de los pintores de murales más importantes de México. No tuvieron un matrimonio fácil, ya que ella debido a un accidente de autobús quedo prácticamente postrada en una cama. En esta ocasión la escritora Rauda Jamis ha contado con la colaboración de Elena Poniatowska para llevar a cabo esta historia. Un libro muy interesante donde se combinan distintas voces y donde llegamos a conocer el universo más íntimo de una de las figuras claves de la pintura mexicana.
Recuerdo que en uno de mis últimos viajes a México D.F la visita a la casa de Frida Kahlo y Diego Rivera fue uno de los mejores momentos de mi estancia en la ciudad. La casa es una especie de paraíso en medio de la gran ciudad y desde luego, sigue guardando algo especial entre sus paredes coloridas, sus flores, su patio… El libro de Jamis comienza con un prólogo de Isabel Obiols precedido de unas palabras de Kahlo: “Mi obra: la más completa biografía que podría jamás hacerse sobre mí misma”.
Sobre esto escribe Obiols: “La primera persona es un asunto espinoso en una biografía, tanto como algunas recreaciones que se quieren realistas y la mayoría de las veces resultan aparatosamente novelescas. Y sin embargo aquí tenemos una primera persona –la voz de Frida Kahlo en manos de la escritora Rauda Jamis- bien diferenciada del discurso general del libro, utilizada con sensibilidad y un conocimiento profundo del personaje. Sea como sea, y en referencia a la frase que encabeza este texto, qué duda cabe de que, en efecto, con la pintora mexicana Frida Kahlo (1907-1954) nos encontramos con un caso de fusión total entre vida y obra”.
Mónica LÓPEZ BORDÓN
Escritora y Periodista
www.monialopezbordon.com
@MonicaLBordon
*Artículo publicado en el número 2.381 del semanario Puerta de Madrid. Sábado 20 de junio de 2015. Alcalá de Henares.
